Enfoque por ecosistemas

Descargar la guía avanzada

Guía del enfoque por ecosistemas para usuarios avanzados

La información que se presenta a continuación ofrece una guía para crear las estructuras y procesos necesarios para aplicar el enfoque por ecosistemas como parte de un proyecto para hacer frente a un problema en particular. Está dirigida a los que trabajan para lograr la gestión sostenible de los ecosistemas, aunque gran parte de la información puede aplicarse también a proyectos destinados a la elaboración de leyes o políticas en materia de desarrollo. No existe una manera correcta de crear un plan; cada situación es diferente y es importante modificar el plan para adecuarse a las circunstancias propias del proyecto.
Identificación de las cuestiones
Puede resultar difícil diferenciar los procesos a través de los cuales se determinan las cuestiones y se elabora el plan del proyecto. El uso del enfoque por ecosistemas debería iniciarse con una cuestión. Habiendo identificado la cuestión (o varias cuestiones) puede evaluarselo en relación con las tareas establecidas en la Sección 3.
Sin embargo, una vez que se determinaron las tareas, debería elaborarse un proyecto de plan de gestión antes de haber concretado las medidas. Esto es necesario y es una oportunidad para que los interesados directos realicen aportes a los procesos de gestión en una etapa lo suficientemente temprana como para garantizar que forman parte del proceso de gestión. Si se deja para demasiado tarde la participación de los interesados directos, ellos podrían sentir que no pueden contribuir al proceso de gestión o que no se consideraron las cuestiones que les preocupan. Por consiguiente, será más difícil desarrollar relaciones basadas en la confianza entre las diferentes personas y organizaciones implicadas.
Creación de un proyecto de plan de gestión
El objetivo del proyecto de plan de gestión es:
  • establecer las tareas necesarias que hay que llevar a cabo para ocuparse de la(s) cuestión(es) y cumplir con los objetivos del enfoque por ecosistemas;
  • determinar quién debe participar en las tareas y qué mecanismos podrían usarse para alentar dicha participación;
  • establecer un cronograma provisorio para las medidas y para cumplir con las fechas de las metas (aunque es importante que este sea lo más flexible posible, especialmente durante la fase de iniciación del proyecto).
    La elección del momento
    Antes de armar un proyecto, es importante elegir el momento justo para su establecimiento. Podrían existir oportunidades o circunstancias que pueden ayudar o dificultar el éxito del proyecto. Por ejemplo:
  • Estabilidad política. El retorno a una situación política más estable puede brindar una oportunidad para la elaboración de un nuevo proyecto.
  • Nuevas políticas y estrategias del gobierno pueden crear condiciones para que este prospere. Asimismo, la ratificación de convenios internacionales puede ser una oportunidad para que un país examine sus políticas, leyes y prácticas relativas al medio ambiente.
  • La reorganización y reestructuración de los departamentos e instituciones gubernamentales pueden constituir una oportunidad.
El tiempo que se toma para poner en práctica medidas que pueden restaurar o mantener ecosistemas no debe infravalorarse. En la etapa de iniciación del proyecto, debería evaluarse el tiempo probable requerido para los diversos elementos de la preparación, puesta en práctica y seguimiento del proyecto. Habría que ofrecer plazos realistas a los interesados directos, de manera que no se desilusionen o se frustren por el tiempo que tome poner en funcionamiento los planes y lograr resultados.
Actores clave
Una de las primeras tareas consiste en decidir qué organizaciones deberían estar a cargo de la elaboración y subsiguiente ejecución del proyecto. Una única organización no tiene por qué hacerse cargo de todas estas funciones. Por ejemplo, un departamento gubernamental podría plantear la iniciativa para poner en funcionamiento el proyecto, pero éste debería ser ejecutado realmente por una organización local o regional ya sea del sector público o del privado, o podría crearse un organismo de aplicación que se encargara concretamente de esta cuestión.
No habría que depender de una sola organización para la ejecución del proyecto, ya que esto podría poner en peligro su probable éxito. Los proyectos exitosos suelen tener una organización (gubernamental o no gubernamental) que participa integralmente y que trabaja con otras organizaciones asociadas. La organización principal debería ser capaz de:
  • actuar como un coordinador eficaz que trabaje con todos los interesados directos;
  • dar los fundamentos y justificar las decisiones que se tomen;
  • estar dispuesto a escuchar las opiniones de los demás y adaptarse a sus necesidades si fuese necesario.
    Comprometer a los interesados directos
Existen muchas maneras diferentes de alentar la participación de los interesados directos. Talleres y grupos de discusión pueden ser una manera de comprometer a varios interesados directos al mismo tiempo. En otras circunstancias, el vínculo directo podría ser la mejor manera de acercarse en un primer momento, antes de que se instauren grupos de asesoría o de trabajo. Herramientas como los árboles de decisiones pueden ser muy útiles para explicar la variedad de cuestiones que afectan la zona y para enterarse de cuestiones nuevas. Luego, estos árboles de decisiones pueden usarse también para elaborar pasos pragmáticos para hacer frente a los problemas. En la sección del Libro de consulta sobre las herramientas y enfoques puede encontrarse más información sobre cómo comprometer a los interesados directos. También se puede buscar en los estudios de casos o herramientas en la base de datos de participación pública.
Establecer los objetivos
Todos los proyectos tienen que tener objetivos bien definidos e inmediatamente identificables. Estas acciones, y toda otra acción, deben acordarse en conversaciones con los interesados directos. En efecto, debe existir un acuerdo sobre la comprensión de las cuestiones y de las medidas necesarias para hacerles frente. Los objetivos deben estar estrechamente relacionados con las cuestiones identificadas. El uso de herramientas de toma de decisiones puede ser útil. Por ejemplo, si se creó un árbol de problemas cuando se identificaron las cuestiones a hacer frente, este puede usarse, para crear un árbol de objetivos. En este caso, cada cuestión se empareja con un objetivo. Así, si la cuestión es la disminución de los invertebrados nativos, el objetivo debería ser detener la disminución y adoptar la gestión necesaria para que aumente la cantidad de invertebrados nativos.
Establecer los objetivos también puede ser un punto de vista inicial útil para crear medidas de vigilancia.
Diseño del proyecto
La elaboración del plan del proyecto debería considerar los aspectos que se detallan a continuación.
Gestión adaptable
El plan de gestión debería ser flexible, apuntando claramente a la metodología para tomar decisiones y emprender acciones que, a su vez, sean realistas y estén justificadas con claridad. Los avances deberían ser evaluados en relación con las metas acordadas que pueden ser revisadas si fuese necesario, para permitir cualquier cambio en determinadas circunstancias. Todos los resultados deberían acordarse y discutirse con los interesados directos para que tengan la oportunidad de contribuir a este proceso.
Viabilidad a largo plazo
El propósito último de cualquier proyecto debería ser la continuación de los objetivos más allá del tiempo de vida del proyecto. Esto comprende que las organizaciones encargadas de su ejecución cuenten con los recursos para continuar la gestión a largo plazo, luego de haber completado el proyecto. Hay que elaborar una estrategia de salida al inicio del proyecto, de manera que al final se haya acordado qué organizaciones pueden continuar resolviendo los objetivos y cómo lo harán. Esto también puede fortalecer el compromiso con el proyecto, en la medida en que es claro cómo continuará en el futuro.
La estabilidad económica también es fundamental para la viabilidad a largo plazo. Cuando sea posible, habría que elaborar estrategias de autofinanciamiento que garanticen que habrá disponibilidad de los recursos suficientes. Estos pueden provenir de ingresos generados de productos o servicios de los ecosistemas o, donde se generen servicios no comercializables (por ej., parques nacionales o protección de cuencas), podrían provenir de fondos gubernamentales.
Definir los límites, el alcance y las escalas temporales
A pesar de que los límites implican restricciones, pueden ser necesarios para la gestión de los ecosistemas. Las tareas 7 y 8 de la Sección 3 identifican las cuestiones a considerar cuando se elaboran estos límites.
Producir el proyecto de plan de trabajo
La primera tarea del grupo de trabajo principal es producir un plan de trabajo, que debería hacerse de manera participativa y colaborativa, utilizando técnicas de un marco lógico que faciliten el análisis del problema y la planificación.
También podría precisarse un plan de investigación que abarcará la recopilación de datos sociales, ecológicos y económicos. Donde sea posible, deberían establecerse vínculos con las instituciones académicas y de investigación especializadas en la esfera (la zona geográfica o el sector) y debería utilizarse la capacidad de las comunidades locales para que brinden información de referencia.
La creación del plan de trabajo es una oportunidad única para definir una imagen pública clara del proyecto y para comunicarlo de la manera más amplia posible. Esto es importante porque el enfoque por ecosistemas todavía es un concepto nuevo para mucha gente y, por lo tanto, podría no ser comprendido o apreciado por completo. La mejor imagen del proyecto es la que lo promueve claramente como un ejercicio de creación de capacidad y de resolución de conflictos, que cuenta con un grupo de expertos independientes que trabajan en estrecha asociación con los diversos grupos de interés.
Reducir el riesgo de los resultados del proyecto
El análisis de los riesgos debería usarse para identificar riesgos o cuestiones críticas para el proyecto. Por ejemplo:
¿Existen suficiente conocimientos científicos o de otro tipo disponibles para llevar acabo las actividades de campo identificadas? Si así no fuera, ¿podría ser necesario hacer encuestas o estudios de otro tipo antes de comenzar las actividades concretas?
  • ¿Se prevé que el proyecto tenga repercusiones ambientales o sociales significativas? Todos los proyectos deberían ser evaluados para garantizar que los impactos negativos no sean perjudiciales.
  • ¿Existió comunicación previa con los grupos, organizaciones o individuos del lugar? Si así no fuera, o donde haya habido dificultades antes, quizás sea necesaria una fase de consulta preliminar para crear confianza y buenas relaciones de trabajo entre el proyecto y la gente del lugar.
  • Hay que considerar las barreras legales para la aplicación del proyecto. Por ejemplo, las leyes ambientales y sobre la vida silvestre podrían no ser compatibles con la utilización sostenible de los recursos naturales.
  • La tenencia de la tierra y el acceso a los recursos naturales para las comunidades locales: si la seguridad de la tenencia de la tierra y el acceso a los beneficios no son claros, puede preverse que las comunidades locales no se hagan responsables de la gestión.
  • Los límites legales de un área protegida que no estén claramente definidos pueden dificultar la aplicación de medidas de gestión.
  • ¿Las organizaciones tienen los recursos adecuados para ejecutar las partes del plan del proyecto que les corresponden? Si así no fuera, habría que realizar una capacitación y actividades de creación de capacidad.
  • ¿Las barreras institucionales afectan la ejecución del proyecto, por ejemplo, que un organismo no adecuado sea responsable de la gestión? Podría ser necesario buscar nueva legislación o trabajar con el organismo para encontrar los mecanismos adecuados.
  • Cuando se intenta restaurar ecosistemas degradados podría ser necesario llevar a cabo un proyecto piloto para evaluar técnicas de restauración antes de trabajar a una escala más amplia y, por lo tanto, con mayores riesgos.
Vigilancia y evaluación
La vigilancia puede utilizarse para evaluar los avances y determinar cómo pueden elaborarse la futura gestión para alcanzar los objetivos del proyecto. La vigilancia de actividades, propósitos y objetivos no debería ser fija, sino que debería adaptarse a las condiciones cambiantes como los conocimientos, la comprensión y las cuestiones que hayan surgido y se hayan resuelto. Debería haber tiempo suficiente para una vigilancia eficaz y todo cambio debería estar acompañado con la justificación de sus razones. Esto brinda información a los que evalúan el éxito del proyecto e impide que las metas sean revisadas según la conveniencia de la medida. La vigilancia debería cubrir el corto y el largo plazo, para permitir resultados iniciales y la sostenibilidad futura del ecosistema.
Siempre que sea posible, la gente y las organizaciones del lugar deben participar en la vigilancia. Es más probable que los grupos locales recopilen información que ellos mismos pueden analizar y emplear en la gestión del ecosistema. Esta información puede completarse con otras actividades de vigilancia.
Los indicadores pueden usarse para vigilar los logros, por ejemplo, mostrando resultados prácticos y visibles del proyecto, como mapas de distribución de las especias, nuevas normativas que protejan la vida salvaje o el establecimiento de nuevas organizaciones por sistemas de asociación. Los cambios en la abundancia de las especies, la mayor productividad o el acceso a los recursos también pueden usarse como indicadores.
Puede resultar difícil evaluar cambios en las actitudes, conciencia y comportamientos, sin considerables tareas de vigilancia. Este tipo de vigilancia puede ser muy eficaz para mostrar cómo se modificó la comprensión de la utilización de los recursos o si un grupo determinado delegó la adopción de decisiones sobre utilización de los recursos.
La salud del ecosistema también puede ser un mecanismo valioso para evaluar los logros de un proyecto. Por ejemplo, la evaluación de los cambios de la diversidad biológica, las características de la cadena alimentaria y la productividad o las funciones del ecosistema
Ejecución del proyecto
Las preocupaciones más importantes cuando se ejecutan proyectos de gestión de los recursos naturales comprenden una crucial: el plazo asignado al proyecto para lograr un impacto en la salud e integridad de los ecosistemas. La gestión mejorada de los ecosistemas y la restauración de los hábitats naturales pueden precisar entre 10 y 15 años hasta que los resultados resulten visibles.
La competencia y compromiso del equipo es vital para el éxito del proyecto.
La creación de una red de organismos asociados y grupos de interés, que gradualmente irá haciéndose cargo de la ejecución de las actividades del proyecto, es fundamental. Esto ayudará a empoderar a otros y a impedir que el proyecto se convierta en una institución con su propio programa.
Para cumplir con las metas y objetivos del proyecto, debe garantizarse el apoyo político, institucional y de la comunidad.
La ejecución del proyecto suele seguir una serie de etapas, algunas de las cuales se superponen entre sí y pueden incluir varios pasos. Por ejemplo:
Etapa 1:
a. formar el equipo del proyecto
b. producir el plan de trabajo y establecer vínculos con la comunidad y otros interesados directos locales
c. formar comités asesores
Etapa 2:
a. establecer las actividades del proyecto
b. medidas administrativas
c. creación de capacidad
d. examen del proyecto (adaptación de la vigilancia y de la investigación, si es preciso)
Etapa 3:
a. puesta en práctica del plan acordado
Etapa 4:
a. continuación y planificación a largo plazo
b. plan estratégico para futuras iniciativas