Fundamento técnico: prácticamente todas las Partes informan que la pérdida del hábitat es el factor impulsor más importante de la pérdida de la diversidad biológica. El hábitat en gran parte inalterado o primario es una prioridad particular para la reducción de esta pérdida. La degradación, que reduce la capacidad de los ecosistemas de proporcionar bienes y servicios, es igualmente importante. La fragmentación del hábitat, aunque más difícil de cuantificar a nivel mundial, es una presión conexa que impulsa la pérdida de la diversidad biológica. Si bien es probable que las presiones económicas, demográficas y sociales impliquen pérdida, degradación y fragmentación continuas del hábitat, especialmente a causa de cambios en el uso de la tierra después de 2020, es preciso reducir el ritmo del cambio de manera sustancial. Si bien para algunos ecosistemas puede resultar posible reducir el ritmo de pérdida de hábitats a un valor cercano a cero para 2020, para otros, puede ser una meta más realista reducir el ritmo de pérdida a la mitad. También ser requerirá reducir la degradación y fragmentación de hábitats de manera significativa a fin de asegurar que aquellos hábitats que permanezcan sean capaces de mantener la diversidad biológica. En última instancia, deben existir límites para la conversión o degradación de los hábitats naturales. Esto es lo que sucede en particular con algunos ecosistemas en los que se corre el riesgo de que la pérdida continua sobrepase los "puntos de inflexión" que podrían llevar a efectos negativos de gran escala para el bienestar humano. ⁹,¹⁰,¹¹ La meta hace referencia al ritmo de pérdida y debería observarse como un paso hacia la detención de la pérdida de los hábitats naturales. Es más, habría que señalar que el uso de ritmos netos y no brutos de pérdida podría ocultar la pérdida de ecosistemas maduros como un resultado de la restauración. Aun cuando las actividades de restauración pueden restaurar muchos de los atributos de los ecosistemas primarios, no pueden hacerlo por completo en el corto o mediano plazo. El énfasis de esta meta debería estar en impedir la pérdida de hábitats de alto valor de diversidad biológica, como los bosques primarios y muchos humedales. La evidencia reciente sostiene que el ritmo mundial de deforestación ya está decreciendo.

Aplicación: la reducción de la pérdida y degradación de los hábitats naturales mediante cambios en el uso de la tierra podría lograrse si se mejora la eficiencia en la producción y se planifica mejor el uso de la tierra y los mecanismos de gobernanza de los recursos naturales, combinados con el reconocimiento del valor social y económico de los servicios de los ecosistemas provistos por los hábitats naturales.¹² En particular, el valor de las cuencas (suministro de agua), el control de la erosión, el valor de la retención de carbono por parte de bosques y humedales y otros servicios de los ecosistemas (como la acción de la desnitrificación de los humedales) actualmente brindan incentivos para reducir la pérdida neta de estos hábitats y revertir su declinación. La adopción de una perspectiva de paisaje amplio para la planificación del uso de la tierra ofrece una manera eficaz de integrar servicios ecosistémicos a nivel mundial (por ejemplo, mitigación del cambio climático) con otros a nivel local (por ejemplo, conservación de la diversidad biológica, cantidad y calidad del agua, productos forestales madereros y no madereros). Los programas de trabajo relativos a los bosques, las aguas marinas, costeras y continentales y la diversidad biológica de las tierras secas y subhúmedas, así como la labor del Convenio sobre la utilización sostenible son particularmente pertinentes para esta meta. Una iniciativa que podría constituir la base para el trabajo en pos de lograr esta meta se relaciona con la firma del llamado del WWF para detener la deforestación en el año 2020, por parte de ministros de 68 Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, en la novena reunión de la Conferencia de las Partes.

Indicadores e información de referencia: a fin de determinar si se ha reducido el ritmo de pérdida de hábitats, se deberá establecer un nivel de referencia en comparación con el cual se medirán los progresos hacia esta meta. Entre los indicadores pertinentes se incluyen las tendencias en la extensión de determinados biomas, ecosistemas y hábitats (regiones forestales, manglares); las tendencias en la abundancia y distribución de determinadas especies y la conectividad o fragmentación de los ecosistemas. Se dispone de datos razonablemente adecuados para algunos hábitats, como por ejemplo los bosques, mientras que para otros se requerirían mejores datos. La Iniciativa sobre la degradación de la Asociación colaborativa en materia de bosques ha identificado, y sigue elaborando, indicadores generalizados para la vigilancia y evaluación de la degradación forestal.

⁹Rockstrom, J., et al. (2009). A safe operating space for humanity. Nature, 461(7263), 472-475.
¹⁰Assessment of the Risk of Amazon Dieback. Iniciativa del Banco Mundial sobre el clima y la energía limpia. Enero de 2010.
¹¹Leadley, P, Pereira, HM, Alkemade, R, Fernandez-Manjarrés, JF, Proença, V, Scharlemann, JPW, Walpole, MJ (2010) Biodiversity Scenarios: Projections of 21st century change in biodiversity and associated ecosystem services. Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Montreal Serie Técnica Nº 50.
¹²Nelson, E., et al (2009). Modelling multiple ecosystem services, biodiversity conservation, commodity production, and tradeoffs at landscape scales. Frontiers in Ecology and Environment 2009; 7(1): 4 -11.